Testigo 1. Un obrero de la construcción.
El lunes pasado estaba comprándome el almuerzo en el supermercado que hay cerca de la obra, -ya saben, los treinta minutos escasos que nos dan para el tentempié hasta la hora de comer; eso sí, siempre lo mojo con un buen botellín-, cuando siento un grito de esos que te da la parienta cuando llegas tarde a casa, y que hace que se te baje el tintorro hasta los pies, así, sin digerir ni ná. Yo estaba en el mostrador donde te cortan el embutido, me encontraba pidiendo doscientos gramos de salchichón que me iba a meter en la barra de pan; como iba diciendo, oigo el grito y veo a toda la peña correr hacia el rugido. Como yo no iba a ser menos, me acerco y veo a una mujer de unos treinta años con la cara de haber visto el cadáver de un muerto, y no iba yo muy desatinao, no, porque al parecer, cuando iba a coger una naranja, se le apareció la mano cortada de un cadáver. Ustedes ya me dirán qué hacía entre las naranjas de Valencia la mano de un muerto. ¡Si es que desde que tenemos a Rajao como presidente pasan unas cosas…!
Vocabulario Testigo 1
Testigo 2. Una ejecutiva de una empresa de vanguardia.
¡Qué mal tú, oye, es que ya ni en el supermercado puede evitar una el tener sobresaltos! El martes había librado porque nuestra empresa está por la conciliación laboral, y yo, miren ustedes, esto lo aprovecho al máximo, y aunque me quede en casa no dejo que el trabajo se me acumule. En esas estaba, cuando me dije que era un buen momento para bajar al supermercado y comprar pescado para la cena. Tenía planeado preparar salmón a la plancha, que no engorda y tiene una gran cantidad de omega tres. Por la mañana nunca hay mucha gente, porque para mí el tiempo es oro; ya sé que es un tópico, pero es mi mantra. Ah sí, a lo que iba, pues estoy comprando el salmón y, de paso, unos langostinos que estaban muy frescos y muy rebajados, cuando oigo un grito de película de Hitchcock –ah, qué quién es ese señor, pues un director americano que hizo que las mujeres nos encerremos en el baño cuando nos duchamos. Me vuelvo, y cerca de donde estoy veo a una señora que no deja de hacer aspavientos, como si se le fueran a escapar los brazos del cuerpo y dejarla sola allí ante el espanto. Y todo eso para nada, oiga, porque al parecer a su hijo se le habían antojado unas chocolatinas y el niño, que no podía esperar a abrir el paquete, al meter la mano se encontró con una cucaracha muerta.
Vocabulario Testigo 2
Testigo 3. Un parado de larga duración.
Mi vieja hace la compra los viernes, pero la semana pasada tenía cita con el médico y me mandó que fuera a hacerla yo. Intenté escaquearme con el cuento de que tenía que ir a la cola de la oficina del paro, pero esas bolas ya no se las traga. De verdad que ir al supermercado es un mal tripi ya que la pensión de mi viejo apenas nos llega para comprar lo básico, y a mí me dan ganas de llenar el carrito con objetos que hace mucho pasaron a ser de pijo: loción para después del afeitado “Varón Dandy”, gambas, ginebra para el “gin tonic”, jamón serrano… En fin, que esto de estar en paro es un rollo que ya no aguanto más, un día de estos me piro a Alemania, aunque ya me han avisado que allí tampoco “atan los perros con longaniza”, digo yo que los atarán con salchichas Franfur. O sea, que andaba en estas, cuando oigo el último grito de Tarzán antes de perder a Chita, me agarro a la liana y me lanzo en su ayuda. Resulta que uno se había encontrao una cabeza de pollo muerto entre los muslos y las pechugas, ya es que nadie tiene estómago pa’ ná.
Vocabulario Testigo 3
Testigo 4. Un adolescente.
Se me había ido la pinza y no recordaba qué producto para fregar los suelos tenía que comprar a mi madre, luego ya me daría la brasa con el olvido, pero ahora tenía prisa por salir de allí cuanto antes porque mi colega que es un crack y mola un mazo, me estaba esperando en el bareto de la esquina. Así es que debían de ser más de las seis de la tarde, desde luego no antes. El tipo al parecer se piró después de que apuntara a la cajera con una pipa y se llevara toda la guita de la caja, de ahí el grito de esta que puso en alerta hasta a los picoletos de Miami Beach. Cuando se lo conté a mi tronco, casi se parte la caja de la risa. Después nos enteramos que el pringao fue detenido a la vuelta de la esquina, y que iba tan bien cocido que se fue por la patilla.
Vocabulario Testigo 4
Testigo 5. Una mexicana.
¡Híjole, pero qué difícil es agarrarle la onda a este país!
Y me preguntan ustedes que qué pasó, pues es que andaba yo checando las cremas pá la cara que hay en el super – y por cierto, pero qué buena variedad hay en esta ciudad, eso sí, todo rete caro. En esas estábamos platicando mi cuata gachupina y una servidora, para lo que ustedes manden; y que oímos a una chamaca pegar un grito de aquellos, hagan de cuenta que hubiera visto al Chamuco. ¡Córrele, le digo a Sandra, que de aquí no salimos vivas! Porque ya no sabe qué esperar una con tanta inseguridad hoy en día. Pues al final no estuvo tan pior: Resulta que la chavita había tomado una bolsa para llenarla de jitomates, cuando de entre los mismos que le sale una rata y le salta encima, la condenada. Sí entiendo que armara un pancho, la neta. ¿Que qué tan tarde era? Yo creo que serían eso de las dos de la tarde.
Vocabulario Testigo 5
Testigo 6. Una mujer mayor.
Una ya no está una pa´sobresaltos, ¿lo entienden, verdad? Si es que yo nunca he sido partidaria de esos sitios, con tanta luz fluorescente y tanto producto que no se sabe pá qué sirven, tanta envoltura … sin dependientas a la vista, sin santo a quien encomendarse. Si una va a lo que va, que es a lo de todos los días, que si el pan, los huevos, los garbanzos, un poco de pollo, arroz … unas galletas “María” pá mi Juan, que es lo único que le anima el desayuno. Pero claro, con el cierre de la tienda de ultramarinos de toda la vida, lo único que nos queda es el supermercado. ¡Y gracias a Dios que todavía no han cerrado la iglesia y la han convertido en un bar! Porque ya no tiene una adónde ir, que si de la casa a la compra y, a veces, muy pocas, al parque pero queda lejos y mi Juan tampoco tiene las rodillas pá mucho trote. Ah, perdonen, ya voy al grano. Estaba mirando los precios de las legumbres, cuando oigo un grito de esos que dábamos en mi pueblo en los encierros. Pues me echo pá tras y veo a una mujer de mi edad, más o menos, que se le ha caído la estantería de latas de atún en la cabeza. Menos mal que las latas eran de las de 165 gramos y no de las de un kilo como las que se vendían en la tienda de ultramarinos. Desde luego, como aquel atún no lo hemos vuelto a comer, ni comparación, mire usté.
Vocabulario Testigo 6
Los registros lingüísticos son un conjunto de variaciones sociales, ambientales, culturales, geográficas, etc., que hacen que los hablantes de una misma lengua nos expresemos de forma diferente. Los tipos de registros son:
a. Formal: se utiliza en situaciones formales o académicas. Lo usamos con personas con las que tenemos poca confianza.
b. Familiar o coloquial: se utiliza en la comunicación cotidiana, es más natural y espontáneo. Lo usamos con personas de confianza.
c. Vulgar: dentro de este también podríamos añadir la jerga.
Testigo 1...
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By Ana Ruiz, Edited by Andrés Treviño
October 2, 2018
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